Hola, a todos. Como veis la anarquía en las publicaciones es una constante que intento evitar, pero puesto que empecé un jueves solo me paso en un día de lo que comencé aquí
Seguimos en pruebas. Se abre la veda para opiniones, críticas, propuestas y demás. Soy todo ojos.
(La pintura es de Ester Roi, autora hiper-realista contemporánea)
Seguimos en pruebas. Se abre la veda para opiniones, críticas, propuestas y demás. Soy todo ojos.
(La pintura es de Ester Roi, autora hiper-realista contemporánea)
A
continuación llegábamos a las ruinas de lo que pudo ser la primera civilización
y asentamiento humano. Cuando intentamos, en presencia de las cámaras de
televisión blindadas y protegidas contra el frío polar, descongelar las figuras
que veíamos, solo obtuvimos agua de distintos colores. Nada permaneció sólido.
Lo único que lo mantenía unido era el hielo y mediante el calor los átomos se
disociaban y se convertían en polvo. Así que se optó por dejarlos como estaban
mientras se experimentaba con otras técnicas diferentes que no dañaran los
elementos y que nos permitiera recuperarlos y conservarlos.
Pero, la señal, lo que estábamos
persiguiendo procedía del subsuelo y nuestra misión era llegar a su
origen.
Un día, por fin, a 985 metros,
llegamos a la superficie del continente y dejamos los hielos. La superficie era
dura y poco a poco se iba consolidando aún más. Las capas subyacentes eran más
robustas y, de una manera extraña, llegamos a una capa tan vigorosa que
rompimos muchas máquinas en un intento por seguir horadando. Los científicos
que examinaron la capa encontraron que los elementos que la componían,
semejantes al granito, no estaban cohesionados de una forma casual, sino
atendiendo a razones técnicas. La capa se había endurecido artificialmente
mediante la transformación molecular de sus componentes y ello, desde luego,
era una técnica muy avanzada, de la que nosotros aún carecíamos.
La mano del hombre o extraterrestre, la había endurecido y consolidado para
hacerla casi invencible, pero aún así logramos atravesarla. Después encontramos
arena, una arena que geológicamente no debería encontrarse allí, por lo que
Enry Lavois, el Jefe de Expediciones Polares, siguió enardecido y convencido de
que estábamos en el buen camino.
(Pintura ciclópea de Michal Karcz)
(Pintura ciclópea de Michal Karcz)
La señal seguía procediendo de más abajo aún, así que
seguimos expandiéndonos en la arena, previo encofrado de la misma y sujeta por
una camisa metálica. Empleamos grandes aspiradoras para ir sacando la arena lo
más rápido posible, y los restos se enviaban a varios de los numerosos
laboratorios que había a nuestra disposición. Seguíamos excavando hasta que,
finalmente, uno de los mineros nos indicó a través del casco protector y el
traje termoaislante que había pisado algo duro. Helf, el ingeniero de la obra
ordenó parar las chupadoras. Estuvimos allí en el escasísimo tiempo que el
pesado traje que llevábamos, nos lo permitía. Richard Grey, el químico, de
cuarenta y cinco años, fue el primero en apoyar su enorme rodilla en el
suelo para saber de qué se trataba; se hizo el silencio, cuando Enry Lavois,
acompañado de Magnus Sprert, ingeniero jefe de la expedición, de treinta y dos
años, y Robert Graves, ingeniero jefe de Meteorología y geógrafo, la
encantadora antropóloga Geraldine, jefe de la delegación rusa y Richard ya se
hallaban allí.
Richard cavó, apartó y barrió la arena hasta dejar al descubierto una
superficie ligeramente ondulada de color dorado. Golpeó con el puño de su
traje, no sucedió nada, utilizó su martillo de cobre cada vez más fuerte y ni
siquiera dejó una señal. Finalmente, intentó sacar una muestra con su tijera de
acero al tungsteno, resbalando sobre el suelo sin arañarla.
Tras múltiples esfuerzos por quemarla,
aplastarla, romperla o disolver con todos los corrosivos y ácidos inventados no
conseguimos nada. Richard se levantó, estaba perplejo.
─No comprendo qué lo vuelve tan
duro─ dijo ─. Es prácticamente puro.
─ ¿El qué? ¿Qué es ese metal?-
preguntó Geraldine exasperada.
Richard era un gigante de pelo
colorado, barrigón y bonachón, de movimientos lentos. Geraldine era menuda,
delgada, morena y nerviosa. Era con diferencia, la mujer más bonita de la
expedición. Richard la miró sonriendo.
─ ¿Qué? ¿No es usted una mujer? ¿Lo
habrá reconocido?... ¡Es oro, madame, oro puro…!
Robert enseguida se puso con las
mediciones y el aparato de sondeo subglacial volvió a detectar la señal. Ésta
procedía del interior del oro.
Cavamos agrandando la bóveda para dejar salir aquél extraño objeto,
intuyendo que se trataba del Descubrimiento más épico de la Humanidad, porque
esa especie de cápsula, bola gigante o huevo, que estaba hecho de oro puro, era
de tal grado de pureza que era incorruptible. Obra del hombre o de los
extraterrestres, en su caso, tenía que ser esto.
Investigamos para encontrar una
puerta, una falla, algo quebrado, distinto, diferente… que sugiriera la
existencia de una puerta o acceso. El huevo, por llamarlo de algún modo, medía 42 metros de diámetro, lo que equivale en términos de comprensión a la altura
de un edificio con dieciséis pisos, que cabría en su interior, si es que no era
macizo. Para mí eran cifras exorbitantes. Los sondeos realizados obtuvieron
nuevas cifras, al parecer, era hueco, tenía una pared de casi tres metros de
ancho en cualquier parte.
(Foto sacada de google)
Los medios
de comunicación se encontraban concentrados allí con sus mejores reporteros y
fotógrafos. Todos los países que lo habían solicitado, después de ser
minuciosamente investigados y registrados los periodistas y fotógrafos
enviados, resultaban acreditados o no. Tenían su propia zona autónoma e
independiente para no interferir jamás en las acciones llevadas a cabo. A
cambio eran puntualmente informados de todo lo que sucedía en el pozo uno y en
todo el área de la base polar Ibiza. Las cadenas de televisión daban cuenta
diariamente de todo lo que sucedía en ella. Todos veían en sus televisores
holográficos lo mismo que nosotros veíamos sobre el terreno.
La familia Didier se encontraba sentada ante el televisor disfrutando de
una plácida comida.
─Si lo fundiésemos y lo donáramos a los países pobres desaparecería el hambre
en el mundo─ dijo Serge, el cabeza de familia.
Victoria, la madre y esposa, opinaba que todo esto era obra del diablo y
que nada bueno podía sacarse de lo que se encontrara allí y farfullaba y
murmuraba para sí.
Margot, la hija mayor, de dieciséis años, seguía paso por paso todo lo que
las cadenas transmitían sobre el descubrimiento y tenía una gran esperanza
depositada en que el futuro de la humanidad cambiaría mucho a partir de aquél
hallazgo.
James, de catorce años, con el mp6 conectado, vivía su propio mundo en
ondas sonoras y holográficas que distorsionaban el espacio real en que se
encontraba, trasladándolo al último concierto de Los Pulp-Zomb, el nuevo grupo
de moda, y le importaba un pepino todo lo demás. Según su lema, todo lo que no
se podía comer o escuchar y bailar desenfrenadamente, no tenía importancia. Y
aquello era un engaño para tener al público siempre enganchado
(la pintura es de Elena Bourkingots)
Pronto
descubrimos círculos concéntricos en el huevo o bola, siendo el mayor de tres
metros y estaban constituidos por una especie de dientes agudos y engarzados en
fila, a cada borde. Como si fuera una gran boca que intentase cerrar y soldar
unos dientes con otros para convertirse en impenetrable o atacar. También
podría significar, como decía Magnus, que era una especie de excavadora que
podía utilizarse para salir de ese agujero relleno de arena. Pero qué hacía ahí
tanto tiempo y a qué esperaba para ponerse en marcha si era así.
Las televisiones transmitieron inmediatamente la gran noticia. Ya era una
novedad una construcción no natural, en estas profundidades del polo sur, pero
ahora quedaba totalmente constatada por esos dientes geométricos y esos
círculos concéntricos.
El espacio en torno a la bola se fue
ampliando al tiempo que dejábamos libre más espacio a su alrededor.
Por medio de ingentes y fatigosas
pruebas logramos hallar una minúscula fisura que se prolongaba en un arco
alargado y que sugería el hallazgo de una puerta soldada y, a partir de ahí,
construimos una plataforma para acceder a dicha puerta.
(Imagen encontrada en google)
Fue en el momento de ir a colocar los instrumentos para apuntalar cuando
Richard que estaba con Geraldine, sufrió un desmayo. Despertó en la enfermería
con un fuerte dolor de cabeza y una gran hinchazón del cráneo. Magnus estaba
mirándole.
─ ¿Y la nena?- preguntó nada más abrir los ojos.
Magnus le calmó con un gesto.
─ ¿Qué pasó?
─ Ha habido un desmoronamiento, un derrumbe de toda la pared por encima del
corredor.
Llamábamos corredor a un túnel que descubrimos a la altura de la Bola de
oro, a su derecha y que contenía desechos de varias clases y se encontraba
taponado, bloqueado por lo que podríamos entender como sobrantes. Este agujero
supusimos que era el que se había empleado para construir esta bóveda acorazada
y lo que se hallaba en su interior y desde el que se accedía al globo.
─ ¿Hay heridos?
─ Tres muertos…
Eran las primeras víctimas de la expedición. También hubo heridos pero era
un suceso muy lamentable. El primero de varios.
─ Y ¿qué me ha pasado a mí? ─preguntó mientras intentaba tocarse la cabeza
vendada.
─ Nada serio. Una sajadura y un trozo de granito que le he sacado, se ha
mellado un poco el hueso pero no es nada grave. Mañana estará bien. Tan solo,
un fuerte dolor de cabeza.
A la mañana siguiente había reunión de información en la Sala de
Conferencias.
Cuando Richard asistió vestido únicamente con su bata de color rojo chillón
con estrellas en azul marino y plateadas, su cinturón que le hacía resaltar aún
más el voluminoso vientre y sus botas blancas de piel con pelo de oso, y su
vendaje que parecía un turbante, le recibieron unas sonoras carcajadas y
aplausos por parte de todos.
En seguida se levantó, Enry Lavois y le abrazó. Todos querían a ese
bonachón de Richard que era capaz de hacerles sonreír en momentos de máxima
tensión o de tristeza como era el presente.
Allí se encontraban todos los sabios, ingenieros y técnicos de la obra y
todos los representantes de la prensa y televisión, todos ellos portando el
transmisor-traductor del tamaño de una almendra.
Geraldine mostró a los presentes cómo se hallaban los trabajos actualmente,
en una gran pantalla comunicada directamente con el globo áureo.
(Imagen de google del interior de una pirámide)
─ ¿Cuándo van a entrar? ─preguntó uno de los periodistas.
─ La puerta no la vamos a abrir.
Se oyó un murmullo de reprobación y voces de sorpresa.
─ No la abriremos ─ intervino Robert Graves, el segundo de a borde de Enry
─porque creemos que podrían haber instalado un mecanismo de defensa o de
destrucción y podría explotar al intentarlo. Abriremos por aquí ─ y señaló con
una vara de bambú un punto en la esfera.
─ Pero hay una dificultad. Las perforadoras con cabeza de brillante que
tenemos han roto sus dientes sobre ese metal. Tampoco se funde con el soplete
oxídrico, bueno, se funde pero se vuelve a cerrar nuevamente. Es un fenómeno
que no comprendemos pero que sucede a escala molecular. Para hacer una incisión
en el oro, debemos atacar a nivel de moléculas, y disasociarlas. Así que
estamos esperando un soplete nuevo que es a la vez láser y plasma para poder
abrirla.
Sencillamente genial amigo mío, esto va pillando forma y cada vez está más interesante, sigue no te pares ahora!!
ResponderEliminarPor cierto, comparto desde el botón de G+1 sin mayor problema.
Ya me he dado cuenta de que era problema de mi ordenador. Porque ahora estoy en otro y me sale todo lo que no salía allí.
ResponderEliminarMuchas gracias, Frank, por leer, por comentar, por ayudarme y por difundir.
Un abrazo.
Una historia muy atractiva para mis alumnos de 5º de pimaria.
ResponderEliminarproximamente te mandaré las opinones del grupo.
Pues muchísimas gracias. A mí que no me digan nada cuando la cosa se ponga un poco fuerte para los menores. Muchísimas gracias, Sorkide.
EliminarUn saludo.
Qué no entren!!! Que no entren!!! Que eso es cosa demoníaca seguro!!!
ResponderEliminarGenial, Ricardo. La intriga me mata!!!
Gracias, Ramón. Muchísimas gracias por tus comentarios y advertencias que nunca están de más. Es un placer que te guste. Verás la sorpresa del experimento.
EliminarUn saludo.
Esto tiene llevarse al cine
ResponderEliminarFelicidades¡ no me queda otra que esperar....
Gracias por inmerecidas!!! Y no sé si lo llevaron al cine, jajajajaja...
EliminarGracias por pasarte, Olga. Te agradezco el comentario.
Un abrazo.
Esto tiene llevarse al cine
ResponderEliminarFelicidades¡ no me queda otra que esperar....
Intrigante! Ahora no puedo dejar de leer...
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Verónica!!! Eso es lo mejor que se le puede decir a un escritor.
EliminarUn saludo.
Siempre te he dicho que esta novela es genial y que para mí tuvo una importancia capital, revolucionaria podríamos decir, casi tanto como Isaac Asimov.
ResponderEliminarGracias por compartir para que aprendamos.
Gracias a ti por dejar que se enganchen y sigan leyendo sin revelar nada, jajajaja... y gracias por leerme y comentar. Te quiero mucho.
EliminarUn abrazo.
Fantástico Ricardo!!!
ResponderEliminarMe encanta la intriga... espero no dejarme las uñas en la lectura, jajajaja
Gracias... seguiré a la espera de la llegada del soplete nuevo...
Ya verás, ya verás lo que sale de ahí. Es terrible!!!!
EliminarMuchísimas gracias, Marta por tus lecturas y tus comentarios.
Un abrazo.
mmmm quiero más!!!!!
ResponderEliminarPues lo tienes ya, Cristina. Búscalo que lo encontrarás, en el aquí último de esta entrada. Gracias por pasarte y comentar.
EliminarUn abrazo.
Ricardo, estoy anonadado con esta novela, tiene tanta imaginación e intriga que estimula al lector a seguir leyendo. Voy rápido al capitulo cuatro al ver si entran en el huevo de oro y ver que hay dentro. Un abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Sotirios. Espero que te siga gustando igual, porque hay mucho más. Lo único que pasa es que para ser una novela es demasiada tensión e intensidad y no se puede mantener. Tendría que dejar respirar al lector pero para una novela por entregas es ideal. Es lo mejor porque pongas lo que pongas tienes intriga, acción, aventuras o cualquier cosa interesante.
EliminarUn abrazo, Sotirios.
Pues sí que los comentarios. Son muy acertados, esta buenísima, cuanta información, y a seguir leyendo, lo bueno que tengo tiempo jaja, saluditos fríos amigo..
ResponderEliminarGracias, Salomé, muchísimas gracias.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Ya me he enganchado. Me encanta.
ResponderEliminarEse es un efecto muy deseado que busco producir y que es muy difícil de conseguir con apenas dos capítulos.
EliminarAsí que bienvenida, Lucía!!! Muchas gracias.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Lucía.
ResponderEliminarMe alegro de tu paso por aquí y de todo lo que comentas. Cierto que hay más ilustraciones y pinturas pero es que son verdaderamente escasas y no se consiguen fácilmente.
Un abrazo muy fuerte.