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lunes, 5 de noviembre de 2012

ADAGIO



No sé donde encontrarte,
No sé como alcanzarte, 
Escucho tu voz en el viento
Te siento bajo mi piel 
Dentro de mi corazón y mi alma,
Te espero. 
Adagio.

Todas estas noches sin ti,
Todos mis sueños los tengo contigo,
Veo y toco tu cara, Caigo entre tus brazos, 
Y cuando el tiempo sea correcto sé.
Que estarás en mis brazos. 
Adagio.

Cierro mis ojos y encuentro un camino,
No necesito ya orar, He caminado tan lejos
He luchado tan duro, no queda nada más
Para explicar, y sé que todo lo que queda,
Es un piano que suena, 

Si sabes donde encontrarme
Si sabes cómo alcanzarme,
Antes que esta luz se desvanezca
Antes que me quede sin fe

Se el único hombre que me diga,
Que oirás mi corazón, que darás tu vida,
Y te quedaras para siempre...

No dejes que esta luz se desvanezca
No, no, no, no, no.
No dejes que se acabe mi fe,
Se el único hombre que me diga
Que tú crees. Hazme creer, 
Que no me dejaras ir, 
Adagio.

jueves, 1 de noviembre de 2012

EL HALLOWEEN DE CATY, de Mercy Flores





EL HALLOWEEN DE CATY

Caty había nacido en la noche de Halloween y por ese mismo motivo pensaba que su vida era tan desgraciada y solitaria, aún así año tras año se sentaba frente a un pastel de calabaza y soplaba en soledad a la única vela que decoraba la tarta.

Y cuando llegó el momento de soplar en este su treinta y dos cumpleaños decidió hacer algo que nunca antes había hecho por considerar 


estúpido; pedir un deseo. Dubitativa no sabía que pedir y entonces recordó aquella vieja canción que su abuela le cantaba «En el mundo del revés nada el pájaro y vuela el pez»Sólo recordaba esta estrofa que siempre le hizo gracia.

Se preparó echó su pelo hacia atrás
Y soplo mientras decía en voz alta QUIERO QUE EL MUNDO SEA DEL REVÉS.
Pero nada sucedió como cabía esperar.

Caty continuó con los rituales típicos de esta fiesta, decoró calabazas para su jardín y colgó un esqueleto en el porche, un gato negro con aspecto feroz en el alféizar de su ventana y una bruja montada en escoba en lo alto de su tejado. Ya lo tenía todo, hasta las golosinas preparadas para jugar a truco o trato.

Aún faltaba mucho para la noche y decidió descansar un poco, comenzaba a dolerle la cabeza y se recostó quedando de inmediato profundamente dormida, despertó confusa y aturdida había llegado la noche mientras dormía ¿como era posible que durmiera tanto tiempo?

Accionó el interruptor de la luz pero no ocurrió nada, seguía a oscuras. Escudriñó la calle y esto sí que le pareció increíble estaba desierta, ningún niño disfrazado y el silencio que reinaba era aterrador.

Y como por arte de magia satánica el gato del alféizar de su ventana se movió, la miró un instante con sus amarillas pupilas y se marchó de un gran salto por el jardín hacia la calle.

Caty pensó que se estaba volviendo loca e intentó encender la luz de su habitación nuevamente pero no lo consiguió, recordó que en su cómoda tenía una linterna y fue a por ella pero no podía abrir ninguna gaveta, el miedo se apoderaba de ella a cada segundo.

Volvió a la ventana y todo seguía igual, desierto. Pero una sombra cruzó ante ella como un rayo¿ qué era? Quizás alguien disfrazado al que pedir ayuda, pero no......., ante ella flotaba en su escoba la bruja que había colocado en su tejado. La miró fijamente y le sonrió con una terrorífica mueca antes de desaparecer en lo alto del cielo.

Caty temerosa se alejó de la ventana apoyó su espalda contra la pared y a tientas utilizando sólo sus manos para guiarse intentó encontrar la puerta para bajar las escaleras llegar a la planta baja, donde guardaba un arma y salir a la calle escaparía de esta locura como fuese.

Pero por increíble que parezca Caty no encontraba la salida y daba vueltas una y otra vez en su habitación sin encontrar la puerta.

Un sudor frío la invadía, cerró los ojos y deseo con todas sus fuerzas estar ya en la calle con el arma en la mano.

Y sin más ocurrió estaba en medio de la desierta noche con la pistola en su mano derecha y el desconcierto en su alma, con su mirada recorrió la calle y no vio a nadie, miró hacia su porche y observó el movimiento de la mecedora que ahora podía observar gracias a un destello de la luna. Observó con más detenimiento y se quedó estupefacta al ver al esqueleto bebiendo whisky y fumando un habano.

Caty arma en mano sigilosamente se acercó a aquel muerto viviente apuntó al cráneo y justo cuando apretó el gatillo el esqueleto se elevó ante ella la miró y le hizo un guiño y en lo alto del cielo también desapareció.

Caty temblaba como la hoja de un árbol antes de caer en otoño.

Se sentó en el porche y observó su mano como empuñaba el arma y vislumbró sus propios tendones y comenzó a llegarle un nauseabundo olor de su propio cuerpo y sin más se elevó en el cielo de la oscura noche y antes de desaparecer para siempre desde lo alto observó el mundo como no lo podía ver desde la tierra.

Todo era como debía ser, la calle estaba llena de personas disfrazadas y los jardines con sus decoradas calabazas, todo como siempre, sólo ella había cambiado.

Caty había pedido un deseo en su treinta y dos cumpleaños: QUE EL MUNDO FUERA DEL REVÉS.

El revés de la vida es la muerta y ella había pasado a mejor vida durante la siesta por un ictus cerebral.

CUIDADO CON LOS DESEOS Y MÁS SI ES HALLOWEN HAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAHHAHAAH.

FiN

Autora: Mercy Flores. 

Por cierto por si alguien tienen interés esta es la canción a la que hace referencia mi cuento:
El Reino del Revés

(María Elena Walsh)

Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen “yes”,
porque estudian mucho inglés.

Vamos a ver cómo es

el Reino del Revés.

Me dijeron que en el Reino del Revés

nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez,
y que dos y dos son tres.

Me dijeron que en el Reino del Revés

cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés,
y que un año dura un mes.

Me dijeron que en el Reino del Revés

hay un perro pequinés
que se cae para arriba y una vez
no pudo bajar después.

Me dijeron que en el Reino del Revés

un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.

Me dijeron que en el Reino del Revés

una araña y un ciempiés
van montados al palacio del Marqués
en caballos de ajedrez.