Seguimos esta publicación que intento que sea semanal, aunque a veces me retraso y con este fragmento os doy las gracias por tener 20.000 visitas.
Este fragmento proviene de aquí.
(Pintura de Andrés Rueda)
Durante días
el mundo se planteaba a quién despertar primero. Todos opinaban en aquella gran
pregunta. En casa de los Didier, Victoria decía que a ninguno porque ambos eran
súcubos enviados por el Diablo; Margot estaba claramente inclinada por empezar
con la mujer porque su cuerpo es más resistente por naturaleza, a los dolores y
sufrimientos de todo tipo; y su padre, Serge, por los mismos motivos quería que
fuera el hombre; Jaime ni siquiera se enteró desde su mundo de Los Pulp-Zomb.
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Con los
resultados obtenidos, y, sobre todo, con la reafirmación de Richard que,
finalmente, había recibido un traje de su tamaño y después de haber visto a
ambos individuos, aseveró que era mucho mejor empezar por la mujer ya que había
podido observar en el hombre ciertas escoriaciones o arañazos en la piel,
incluso contusiones externas o internas; y con independencia de la opinión
pública, a la cual éramos ajenos, comenzamos por despertar a la mujer.
Construimos una cápsula no porosa ni penetrable a través de la cual fuimos
calentando muy lentamente el aire que la rodeaba. Arthur Wydhman, como
especialista requerido por el equipo de Ibiza, era el encargado de la operación
y fue él quien designó a Magnus al grupo, con lo cual ya eran cuatro. Primero
para descomponer con temperatura del ambiente exterior, de 32 grados bajo cero,
el colchón en el que se hallaba.
Al ir calentando su atmósfera, esa especie de colchón invisible en el que
se hallaba recostada, comenzó a reducirse de tamaño, licuándose y gasificándose
al llegar a la temperatura adecuada, sin más consecuencias. ¡Era helio líquido!
Nada parecido ni remotamente a cualquier experimento que se hubiera realizado
en la tierra al respecto. Jamás habríamos conseguido actualmente convertir
nosotros el helio gas en helio líquido y solidificado, además. El helio solo se
licua bajo condiciones extremas de presión y temperatura. Exactamente en la del
cero absoluto, menos doscientos setenta y tres grados centígrados con quince
milésimas y eso no lo habíamos logrado nunca.
Cuando ya habíamos calentado el aire lo suficiente y el helio se había
derretido con muchísima precaución intentamos en múltiples ocasiones separarla
sin éxito. Era como si estuviera encadenada por algo invisible, aunque firme
como una cadena. Salimos de allí antes de que nos convirtiéramos en helados y
esperamos desde fuera que se siguiera calentando el aire por encima y debajo de
ella. Pero, en cuanto se llegó a reducir hasta la placa dorada base y la tocó,
oímos un sonido como de abertura y, por fin, pudimos elevarla, separándola de
su colchón, al sentir el click. Temíamos que se quedara pegada a la placa de
oro pero nada de eso pasó.
Por fin pudimos extraerla del huevo, sacamos la cápsula con ella en su
interior y la trasladamos hasta las nuevas instalaciones creadas a estos
efectos en la estación polar Ibiza Dos, donde podía estar mucho mejor atendida
y donde se habían instalado los equipos médicos y la enfermería-quirófano.
(Acuarela de Ken Hong Leung)
En la superficie,
la entrada al pozo que había sido acotada y cerrada con grandes bloques de
hielo, dejando una puerta tan solo para entrar el personal o algún equipo
rodado, fue obstaculizada por Richard quien echó la llave a la misma y se la
guardó en el bolsillo de su pantalón verde pistacho de pura lana de llama, con
una gran sonrisa.
El descontento de los periodistas no se hizo esperar y el mismo Enry Lavois
tuvo que explicar la situación. A nadie, absolutamente, se le permitía el
acceso a las instalaciones médicas, ni siquiera él mismo podía bajar, ni
Richard. Sólo los asignados por el equipo médico podían estar en su interior. Y
les garantizó que podían seguir el desarrollo de los acontecimientos por la
gran pantalla holográfica instalada en la Sala de Conferencias.
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En ese
quirófano improvisado pero lleno de los equipos tecnológicos más avanzados y de
unos colaboradores excepcionales, la depositamos en una camilla con el mayor de
los cuidados. Seguimos calentando su cuerpo con un chorro de calor ahora de
cinco grados sobre cero. Seis reanimadores alrededor de ella, con sus batas,
gorros y máscaras verdes. Habíamos intentado sin éxito quitarle la máscara pero
parecía soldada a su cara, cuando había más de un centímetro entre ella y su
cara. Arthur Wydhman se distinguía del resto por sus pobladas y perfectas cejas
negras. Fue él quien pidió un soplador. De los diez técnicos vestidos de
amarillo una mujer le acercó lo que pedía. Presión de cien gramos y temperatura
de dieciséis grados.
Se oyó un sonido sibilante cuando el aparato se puso en marcha. Todos nos
mantuvimos a la espera, tan ansiosos que no notábamos ni el cansancio que
teníamos, ni el dolor de pies. La enfermera limpió la frente de Arthur empapada
de sudor.
─ Probemos ahora ─dijo.
Había calentado el interior de la máscara durante cuatro minutos. Se
inclinó sobre la mujer, introdujo con cuidado sus dedos enguantados por los
bordes de la careta, mientras presionaba el mentón de la mujer que cedió
suavemente. Esto indicaba que la mujer debía tener la boca abierta así que
agarró con sus manos la máscara y trató de levantarla sin que hubiera ya más
resistencia…
─ Justo lo que imaginaba, no solo era una máscara sino una transmisión del
oxígeno que necesitaba para vivir. ─decía Arthur, que mostraba a todos el envés
de su careta, pero nadie le miraba. Todos miraban su cara.
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Continua aquí
Veo que sigue el interés y que cada vez existe (en mí) más espectación por saber cómo acabará todo... (lo sé, soy un impaciente). Un fuerte abrazo amigo mío, me ha encantado este nuevo capítulo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Frank por tus palabras y por tu fidelidad. Se te echaba de menos.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
No, no me puedes dejar así.....
ResponderEliminarComo voy a esperar una semana??
La verdad es que uno de mis géneros preferidos es el suspense... estoy disfrutando mucho con tu relato!!!
Felicidades y gracias!!!
Muchísimas gracias, Marta por tu fidelidad. Me alegro que se cumplan tus expectativas con mi relato.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Me gusta la manera que nos dejás con la intriga jaja pero eso no se hace. Ya quisiera saber qué pasará cuando quite la máscara... y Richard? Esperaremos a ver qué más sigue.
ResponderEliminarUn besote Ricardo, atrapante historia :)
Muchísimas gracias, Karina por tu fidelidad. Y para que no os dure mucho la expectación adelantaré el próximo capítulo unos cuantos días.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Un relato muy bonito e interesante amigo Ricardo... enhorabuenas por recibir tantas visitas!! (bien merecidas)
ResponderEliminar¡Gracias por compartir! ¡Un abrazo!
Muchísimas gracias, Hammer Pain. Bienvenido a este humilde blog donde yo no soy el único que publico y tampoco es el único género que se trata aquí. Quédate con nosotros y comenta y sugiere todo lo que tu quieras.
EliminarUn abrazo.
¿Y lo dejas así? Desde luego tú sí que sabes mantener el interés... jajajaja...
ResponderEliminarEnhorabuena, sigue estando de lo más interesante.
Pronto, pronto, si fíjate si lo había hecho rápido para entrar en esta semana pasada que se me olvidó ponerle música y todo.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Lucía.
Un abrazo.
Interesante, me has dejado intrigada, gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, caringcaring. Bienvenida al blog o no te conocía hasta ahora. En todo caso, quédate con nosotros y puedes ojearnos, ya que ni este es el único género que se publica ni yo el único autor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Saludos Ricardo!
ResponderEliminarAcabo de conocer tu blog y me pareció interesante. Hace poco me concedió una amiga el premio LIEBSTER. Es un premio virtual, para dar a conocer tu blog con menos de 200 seguidores, ahora me toca a mi concederlo y te ha tocado. Entra en mi blog y lee las bases. http://seelie-podermaligno.blogspot.com.es/ ¡Enhorabuena!
Te estoy muy reconocido Seelie. Me lo entregaron hace poco pero nunca esperé que me entregaran otro y otro que no publiqué por estar de vacaciones.
EliminarAhora me paso y muchas gracias. Un saludo.
Y???????? ahoraaaaaaa???????' creo que cuando acaben las entregas nos va a saber fatal. Abrazos!!
ResponderEliminarRicardo, no sé cómo lo consigues, pero nos tienes a tope. Me muero de curiosidad a ver que va a pasaren el próximo capítulo. Un fuerte abrazo, Sotirios.(Un relato mío que se llama “Memorias de un asesino en serie” fue seleccionado para un libro que se llama “Saborea la locura” lo colgué en mi blog ,también la portada del libro, si le apetece puedes leerlo en mi blog sotiriosmoutsanas,blogspot.com
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