A Mercy Flores le gustó tanto este vídeo que siguió pensando en la luna y nos deleitó con un micro particular exclusivo para él.
LA LUNA
Encontré la luna en la ventana, sí, allí
estaba como sí nada. Me senté en el alféizar y la intente tocar con la yema de
los dedos y un polvo multicolor se desprendió de ella. Noté un intenso dolor
que me atravesó el cuerpo, sentí que me partía la columna vertebral en dos y mi
alarido atravesó la noche.
Mi padre asustado acudió a mi habitación
y me halló sentada en la luna y a pesar de que tiraba de mi con todas sus
fuerzas no logró bajarme de allí pues una inmensas alas salían de mi espalda y
se aferraban casi con terquedad al satélite de plata y cuanto más me unía a la
luna más feliz me sentía. Mi cuerpo quedó traslúcido y de mis delicadas manos
caía polvo de hadas que llegaba a los bosques más lejanos repoblando de esta
bella especie, a las viejas encinas y a los añejos robles.
A partir de entonces mi padre me buscaba
en las noches para salvarme de la luna pero ahora era yo la que no quería
escapar; él lloraba porque no entendía hasta que una noche se lanzó desde el
alféizar y se agarró a la luna y entonces lo comprendió, pero como no había
sitio para los dos cayó en una profunda caverna del bosque y como a mí, el
polvo de hada lo convirtió; pero al estar allí poco tiempo solo en duende se
quedó y de un hada se enamoró.
Ahora es feliz y me lanza besos desde
los confines de la tierra.
Fin
Autora: Mercy flores.
Encontré la luna en la ventana, sí, allí estaba como sí nada. Me senté en el alféizar y la intente tocar con la yema de los dedos y un polvo multicolor se desprendió de ella. Noté un intenso dolor que me atravesó el cuerpo, sentí que me partía la columna vertebral en dos y mi alarido atravesó la noche.
Mi padre asustado acudió a mi habitación y me halló sentada en la luna y a pesar de que tiraba de mi con todas sus fuerzas no logró bajarme de allí pues una inmensas alas salían de mi espalda y se aferraban casi con terquedad al satélite de plata y cuanto más me unía a la luna más feliz me sentía. Mi cuerpo quedó traslúcido y de mis delicadas manos caía polvo de hadas que llegaba a los bosques más lejanos repoblando de esta bella especie, a las viejas encinas y a los añejos robles.
A partir de entonces mi padre me buscaba en las noches para salvarme de la luna pero ahora era yo la que no quería escapar; él lloraba porque no entendía hasta que una noche se lanzó desde el alféizar y se agarró a la luna y entonces lo comprendió, pero como no había sitio para los dos cayó en una profunda caverna del bosque y como a mí, el polvo de hada lo convirtió; pero al estar allí poco tiempo solo en duende se quedó y de un hada se enamoró.
Ahora es feliz y me lanza besos desde los confines de la tierra.
Fin
Autora: Mercy flores.
Feliz aquel que conserva en su interior al niño que un día fue. ¡Precioso cuento, Mercy, felicidades!
ResponderEliminarY los vídeos que lo acompañan aún le dan más fuerza. ¡Un abrazo amigos y feliz fin de semana!
Gracias Ric. Quedó perfecto, el video es un deleite para los ojos
ResponderEliminarY el conjunto pega tan bien
Gracias, Mercy, por dejarnos este bello micro que acompaña a un vídeo de por sí muy bonito. Es un placer contar con tus letras.
ResponderEliminarRic el video ya no se ve. Hace unos días estaba pero ahora aparece todo en negro y luego el cuento
ResponderEliminarNunca, nunca, nunca me cansaré de ver este precioso vídeo. Es cada vez más hermoso y encima decorado con el micro de Mercy queda aún más mágico si es posible.
ResponderEliminarFelicidades a los dos por vuestras ideas.
Voy a tener que ponerme a maguinar algo para dejar de nuevo en el blog. Pero es que estoy de concursos hasta las cejas y como mientras están concursando no se pueden publicar pues... es pesadito.
Gracias, chicos.
Un cuento lleno de magia y ternura. Te felicito. Saludos
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