Translate

domingo, 22 de enero de 2012

Doble identidad, de Ricardo Corazón de León








      Soy yo, pero soy tu. 
      Estoy sentada en la escalera de mármol con una de las piernas más doblada que la otra y en ellas me apoyo.
      Todo es blanco, de un blanco roto. Hay ventanas y visillos por todos lados y en todas estás tu. Miro a una y estás apoyado en ella indolentemente con una pierna posada en la pared y la otra plegada, ajeno totalmente a la belleza que posees, a lo erótico que resultas... siempre...
      Retiro mis ojos de ti...¡¡¡Dios mío!!! No sé cómo evitarlo, cómo hacer que desaparezca este calor en mis entrañas, esta necesidad de ti, esta ansia por tenerte dentro y besarte cada poro de tu increíble piel. Miro la otra ventana y estás solo con unos vaqueros sentado en un sillón, las piernas extendidas encima de la mesa y te sostienes la cabeza con una mano. Hay un ventilador blanco en el techo que pretende quitar el calor de tu cuerpo, pero no lo consigue. Tampoco es que te importe, a pesar de las gotitas de sudor que perlan tu pecho completamente núbil. Sube y baja reposado con tu respiración y me siento enfermar. Mis senos están duros como almendras, nunca alguien había producido en mí lo que tú. Ni siquiera hace falta que me mires, no es necesario, estoy absolutamente perdida en tí. Tu cuerpo voluptuoso me atrapa y siento que ese aliento soy yo que entro y salgo de ti con tanta naturalidad como es el respirar.
      Pero a mi eso me esclaviza, me siento absolutamente húmeda, no lo puedo evitar, ni quiero... creo.... Mi vestido ibicenco blanco roza mis pechos y siento que me estás acariciando y que pronto vendrás a besarlos. 


      Dirijo mi mirada a una puerta donde estás apoyado en el quicio y te veo a contraluz, solo tu silueta, eres tan bello, tan hermoso... tanto, tanto... que no entiendo cómo te he podido conocer yo a ti y cómo has podido fijarte en mi y cómo hemos llegado a amarnos, de esta bestial manera. Veo tu cabeza inclinada hacia abajo, pareces triste... ¡¡¡Dios mío!!! dame fuerzas para no ir a abrazarte, para no cubrirte con mis brazos y llenarte de besos interminables hasta que vuelva la alegría a tu cara... pero... aparto la mirada y sigo sentada...


      Miro la estancia de al lado, estás en la alfombra blanca de pelo que se hunde y detrás de ti, tumbado como estás de perfil, veo nuestra chimenea... las entrañas, los ovarios, todo lo que tengo en mí de femineidad me duele, está contraído y necesita desbordarse, dejarse llevar y tenerte como tantas veces te he tenido... o... no... ¡quizás no he llegado a tenerte!... me lastimarías... me harías daño, dolor físico, un dolor insoportable cuando penetrases en mí que sé que haría que todo mi deseo se borrase y el tuyo desapareciera de cuajo... Por qué?... Por qué pienso eso o por qué estoy segura de que eso va a pasar?... No sé, me harás daño al entrar en mí, al siquiera intentar entrar y no puedo, no puedo soportarlo, ya no sé si por mí misma o porque te perdería... NO te he dicho nada. Nunca pensé que fuera necesario decírtelo. Todo iba bien, más que bien, todo era perfecto... Por qué ahora esa absoluta certeza de que se va a acabar?.. pero, pero si te deseo tanto, tantísimo y eres tan increíblemente guapo, tan dulce, tan tierno, tan romántico... no romperías nunca el encanto, no dejarías que me distrajese, que me dispersase y que doliera... es IMPOSIBLE!!!







      Eres todo lo que he soñado. Desde que nací ya creo que mi destino era encontrarte, tu eres mi zapato de cristal, la otra cara de la concha, el arpón de mi barco, eres mi otra mitad, mi consuelo, mi luna, mi sol... nací para ti y soy tuya, tuya... Hasta el último de mis pensamientos y de mis células que ya están chillando porque no están contra las tuyas, porque estoy aquí parada y quieta y tu  por primera vez me miras y me ves. Me miras con esos ojos verdes en los que me pierdo... esos ojos que son todos los espejos del mundo en los que me quiero mirar... y me sonríes, con esa sonrisa tuya tan natural e injuriosamente bella, lujuriosamente maldita... Me comería esos labios, los dientes, tu lengua, las orejas... uff!!, uff!, por favor, estoy hirviendo literalmente! ardo...
      ¿Por qué permanezco indolente aquí sentada disfrutando o padeciendo las sensaciones que me haces sentir?... sobre todo, porque todo lo tendría con ir hacia ti... y me deleito sintiéndome deseada por ti, penetrada por tus ojos de la misma forma que me penetras cuando tu entras en mi y me llenas por entero y me vuelves loca... cuando me abro como una flor para ti, cuando te deseo tanto que llegaría a empujarte.. a atenazarte contra mi, para que siguieses entrando y saliendo, entrando hasta el final, al más húmedo de los finales y alcanzases ese único punto que siempre sabes encontrar que me hace gritar hasta enloquecer, contorsionarme y rogar a Dios que nunca se acabe lo que siento, lo que pienso, lo que deseo... Me llenas, me vacías, soy tuya... me dejo llevar por las oleadas de la pasión y el deseo... tu vigoroso deseo... dentro de mi, palpitante, fuerte, duro, sin contemplaciones y consiguiendo a cada paso cada vez estar más incrustado en mi y mi flor se abre, se abre... se abre..... y te recibo... Oh! Oh! Oh! siento tus fuertes eyaculaciones, tus golpes, tus estremecimientos, cómo los pelitos de la piel se te ponen de punta... te rindes a mí y yo ya estoy rendida...


     Soy tan feliz, mientras yazco en la alfombra contigo a mi lado que no puedo evitar que las lágrimas salgan de mis ojos... Si todo se pudiera contraer y reducir a este instante, a este mágico instante... para siempre... y lloro de felicidad, de alegría, de placer, de gozo, de agradecimiento, un profundo y noble agradecimiento que no sé a quién dirigir por haberte encontrado, porque seas feliz a mi lado, porque me quieras, porque me mimes, me ames y me desees y por este amor que siento hacia ti... mi único hombre... mi única otra concha... mi yo.... mi verdadero y genuino yo... y ya no tengo miedo, ha pasado y no me has hecho daño... pero me lo harás?... No, no, en estos momentos tener una duda como esa es un pecado...








     Siempre que te miro desearía tenerte en mis brazos, como ahora, mi dulce mujer, mi sanadora de almas y de cuerpo. Sé que no debo preocuparme de esas lágrimas que ruedan por tus mejillas hacia la alfombra, sé lo que piensas, sé lo que sientes, sé todo lo relativo a ti, lo sé todo porque tu eres yo y yo soy tu. Tu sabes lo que siento y yo he estado en tu piel, en tu cuerpo, en tus pechos, en tu vagina, en tu clítoris, en tu proyección del mayor de los orgasmos y sé que incluso es más húmedo ese orgasmo interior... porque asemeja una delicada pero fuerte fontana que cuando siente el máximo placer se desborda como yo en ti... sé lo que anhelas, lo que dudas, lo que te amedrenta, sé lo que me amas y me deseas............ BENDITO CUERPO!!! BENDITO TEMPLO DE AMOR!!!...

11 comentarios:

  1. Me parece extraordinario. Menudo subidón! Menuda calentura, jajajajajaja...., lo que me parece extraño es que tu puedas pensar como una mujer, mejor dicho sentir... porque sinceramente es como yo siento...

    ResponderEliminar
  2. Hola!!!

    Muy buen Blog, ya te sigo, espero nuevas actualizaciones.

    Saludos!!

    __________________________

    http://lee-hoy.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  3. ¡¡Oye !! pero a ti quien te cuenta tan bien ,¿ como sentimos las mujeres ?, te digo lo de siempre , nos haces ver lo que tu ves , sigue y a ver si animas este blog un poquito mas , que esta muy bien , sigue así ¡¡¡ ESCRITOR !!!. besosssss

    ResponderEliminar
  4. Ciertamente, sabes escribir bellos relatos y muy eróticos pero no porno. Esa doble identidad es intrigante... Me gusta aunque me gustó mucho más el Kit-Kat. No sé, a ese le tengo especial cariño.
    Se me olvidaba, las fotos son muy apropiadas y las canciones también aunque joroba mucho que cuando las piques para oírlas te quiten lo que estás leyendo. Al final, lo que hice fué abrir una ventana aparte y colgar el enlace.
    La música, quitando lo anterior, es una auténtica obra de arte.

    ResponderEliminar
  5. Que maravilla! Y que calor!! Y que subidón!!!! Y que...todo!!!!!!!
    Es extraordinario! Ese deseo que llena todo el espacio, esa pasión contenida, y luego desbordada, y tanto amor y respeto implícito en cada gesto...FELICIDADES!!!! Coincido con Arturo, una verdadera obra de arte.

    ResponderEliminar
  6. Hola Ricardo, he leido tu relato, es verdad, coincido con el resto de comentaristas en que está muy bien narrado, la manera de contar una pasión desde el punto de vista de una mujer, es magnífica y muy creible.
    También quería darte las gracias por tu visita y tus comentarios en el blog de Crónicas de la Muerte Dulce.
    El martes voy a colgar un relato que me ha enviado Isabelle Lebais y me ha comentado que lo enlace con éste tuyo. Así lo haré.

    Un abrazo y seguimos leyéndonos

    ResponderEliminar
  7. FElicidades, artista!

    Enhorabuena, amigo.

    Sigue deleitándonos con tu talento.

    ResponderEliminar
  8. Ahora después de mucho tiempo me di cuenta de este comentario que te hice y que no sé por qué pero, no pega ni con cola, con la historia que nos cuentas. Es increíble por que ahora no se me ocurre qué es lo que yo, estaba leyendo, para hacerte tal comentario, ¿Qué terror fantástico? jajajajajaja De verdad amigo qué o me cambiaste la historia o yo ese día estaba drogado. jajajajajajaja de todos modos, aprovecho y te pido disculpas pues, hasta tú te volverías loco pensando, ¿qué coño quise decir con eso de "terror fantástico" en vez de "el polvo Fantástico" jajajajajaja
    Nada muchachote, perdona a este "drogata" particular que, a lo que se ve, estaba muy drogado. jajajajajaja

    ResponderEliminar
  9. Qué preciosa historia me encontré acá. Lleno de sensaciones y deseos... La música una delicia...
    Me encantó, un beso!

    ResponderEliminar

Si quieres dejarnos un comentario, no te cortes, somos todo ojos, siempre deseosos de leerte.